"… y ahí estaba yo, little Yunior. Tenía la oportunidad de convertirme en alguien famoso, en un tío molón y millonario. Así que no lo dudé, compré aquel almanaque deportivo y he estado ganando apuestas sin parar hasta el año 2050. Pero no sólo era de deportes, eh. También había resultados de carreras de perros, peleas de gallos… movidas muy raras. En un principio me decanté por este tipo de cosas, tampoco quería llamar mucho la atención. Apostaba por animales con taras: galgos sin cojones, gallos desfigurados por algún ácido, caballos con las crines hechas mullet… ¿sabes? La gente es muy superficial y desprecia a los que no son hermosos, querido fantoche. Puedo llamarte así, ¿verdad? Es que tú, o sea, yo, con tu edad era un mindundi, un joven sin fuste alguno. Aunque la gente me quería. Te quieren, Yunior. Pero eres un ídolo de barro, un tigre de cartón. En pocos meses se olvidarán de ti y tendrás que buscarte las papas por tu cuenta. Recuerda estas palabras…"
Y el viejo Yunior desapareció mientras se marcaba un twist realmente bueno.
El joven y pajillero Yons no entendía nada. ¿Que la gente le quería? ¿Desde cuando? Empezó a andar por el boulevard pensando en el emotivo encuentro, cuando de repente, de una kilométrica palmera cayó un álbum de fotos que impactó sobre su cabeza. Se quedó un poco grogui, estuvo unos minutos hablándose a sí mismo en una lengua muerta. Cuando se recuperó, abrió el álbum y en su interior sólo había fotos subidas de tono. Pero montajes. Montajes muy poco currados, es decir, una foto recortada con cortes rectos y pegada encima de otra. La cara de Martin Landau en cuerpos de mujeres exuberantes. Todo el álbum con un Martin ultrajado, humillado. Tragando semen.
Descubrió que el cartón que recubría la tapa trasera estaba un poco despegado. Dentro había algo, algo que alguien se molestó en ocultar: una foto de la feliz familia Yons. Recordaba esa foto. Eran buenos tiempos. ¡Pero joder, al padre le habían cortado el pelo! ¡Tenía que hacer algo para evitar que su mano desapareciera mientras rockanroleaba en una fiesta del encantamiento bajo el mar! ¿Pero qué?
Y el viejo Yunior desapareció mientras se marcaba un twist realmente bueno.
El joven y pajillero Yons no entendía nada. ¿Que la gente le quería? ¿Desde cuando? Empezó a andar por el boulevard pensando en el emotivo encuentro, cuando de repente, de una kilométrica palmera cayó un álbum de fotos que impactó sobre su cabeza. Se quedó un poco grogui, estuvo unos minutos hablándose a sí mismo en una lengua muerta. Cuando se recuperó, abrió el álbum y en su interior sólo había fotos subidas de tono. Pero montajes. Montajes muy poco currados, es decir, una foto recortada con cortes rectos y pegada encima de otra. La cara de Martin Landau en cuerpos de mujeres exuberantes. Todo el álbum con un Martin ultrajado, humillado. Tragando semen.
Descubrió que el cartón que recubría la tapa trasera estaba un poco despegado. Dentro había algo, algo que alguien se molestó en ocultar: una foto de la feliz familia Yons. Recordaba esa foto. Eran buenos tiempos. ¡Pero joder, al padre le habían cortado el pelo! ¡Tenía que hacer algo para evitar que su mano desapareciera mientras rockanroleaba en una fiesta del encantamiento bajo el mar! ¿Pero qué?
4 comentarios:
Eso es, hay que darle continuidad Opo
"La cara de Martin Landau en cuerpos de mujeres exuberantes. Todo el álbum con un Martin ultrajado, humillado. Tragando semen", jajajajajajajajajajajajaja! Me vas a matar!!!!XD
Cronocrímenes, regreso al futuro...
Lo habéis dejado arriba arriba, mañana yo. Domingo con la cartilla del Marca.
Pere, tenemos que agradecerte la inlusión de Martin en el relato. Es todo un filón.
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